La celebración del Día del Patrimonio fue la ocasión escogida por el municipio de Cobquecura para destacar a un grupo de vecinos que mantienen vivo el legado cultural de la comuna, cuna de poetas, cantoras y artesanos.
En el Mercadito campesino, se montó una muestra de trabajos y labores antiguos con la utilización de artefactos antiguos con los que realizaban labores en tiempos de antaño.
Una vecina tostaba el trigo en la «callana» para luego hacer la harina tostada que sirve en invierno para el «catete» o en verano para el «harinao» o comer la sandía con harina tostada. El alcalde Julio Fuentes no se resistió a usar el molinillo, con el cual molió el trigo ya tostado.
Otra vecina con mucha paciencia y dedicación hilaba la lana de oveja cruda con un «huso» de madera, mientras otra tejía una manta en el telar. Un poco más allá se freían los «chicharrones» y las sopaipillas en una olleta de fierro rodeada de madera que arroja las llamas que hacen hervir el aceite dándole el sabor característico.
Muchos turistas que visitaron el recinto se sorprendían con estas costumbres, y algunos incluso se sumaron a probar en sus manos realizarlas, reconociendo la difícil vida que nuestros ante´pasados debieron enfrentar y soportar.
El municipio, representado por el alcalde entregó reconocimientos a los «tesoros humanos vivos» declarados por la UNESCO, recibiendo un galvano Exequiel Valenzuela, Elena Alarcón, Elena Jiménez, Iris Arellano y un homenaje póstumo a María Irene Orellana, fallecida recientemente.
En el salón municipal se realizó el acto cultural donde se ofreció una charla sobre el Santuario de la Naturaleza «Islote La Lobería», participaron cantoras populares y folcloristas que interpretaron canciones recopiladas a lo largo de los años y que se han ido transmitiendo de boca en boca.